El Congreso Internacional de Energía y Recursos Minerales retoma su cita en
León, después de su aplazamiento en 2020. ¿Cuáles son los principales retos
a los que se enfrenta esta industria en la actualidad?

En primer lugar, enhorabuena por la celebración del Congreso. Creo que
eventos como este son muy importantes para nuestro sector, no sólo para
los que ya operamos en él, sino también por la repercusión social que tiene
y que nos debe de ayudar a hacernos más visibles.
Respecto a los retos, son muchos, pero si tengo que destacar alguno me
decantaría por la dificultad para abrir nuevas explotaciones, que está muy
relacionada con la mala percepción social de nuestra actividad debido sobre
todo a la asociación errónea, la mayoría de las veces, entre minería y
problemas medioambientales.
Además, esta imagen desfavorable, impacta de forma muy dañina sobre la
atracción de talento a nuestras empresas y sobre la generación de nuevas
vocaciones mineras.
Por último, creo que es imposible, dada la coyuntura actual, dejar de citar la
crisis energética que ha disparado los costes de producción y logísticos, así
como los suministros, y cuya consecuencia es una escalada de la inflación.
Como integrar todo esto y seguir siendo competitivos en un mundo global,
dónde tu competencia opera con otros parámetros menos exigentes en
materia laboral, medioambiental o con industrias directamente bajo el
proteccionismo estatal, es un reto de gran magnitud.

 

Los tres últimos años, en los que se ha sufrido una pandemia, la escasez de
recursos y el incremento en los costos de producción, plantean escenarios
nuevos. ¿Cómo se ha adaptado Crimidesa a esta realidad cambiante?

Para nosotros ha sido clave nuestra flexibilidad. Hemos sido capaces de
adaptar nuestra producción a las necesidades del mercado, mejorando
nuestro modelo de producción, y como no, optimizando nuestros procesos de
compra y poniendo al cliente como centro de nuestra estrategia. La garantía
de suministro es clave para nuestros clientes y estamos muy orgullosos del
apoyo de nuestro personal, clave para poder decir que no hemos parado ni
un solo día, cumpliendo así con nuestra calificación de industria esencial.

Evidentemente, nuestros márgenes también se han visto afectados en alguna
medida, pero seguimos siendo una empresa sólida y en crecimiento.

¿Cuáles son las principales líneas estratégicas que Crimidesa tiene previsto
desarrollar en los próximos años?

La nuestra es una empresa familiar, llevamos 75 años en el mercado y
seguimos teniendo una mirada a largo plazo. Nuestro proceso de toma de
decisiones es ágil, pero con un riesgo medido, lo que nos ha permitido llegar
hasta aquí. Evidentemente el crecimiento, bien de forma orgánica o
inorgánica, sigue siendo uno de nuestros objetivos. Pero para crecer de una
forma sostenible económica, social y medioambientalmente, debemos de ser
cautos en un momento de tanta volatilidad.
Seguimos estudiando proyectos de minería, tanto en España como en el
extranjero, pues una diversificación bien ejecutada es una fortaleza, tal y
como ya hemos podido comprobar en nuestro caso.
Por supuesto, hemos emprendido la senda de la transición energética, pues
el medioambiente ha estado siempre en nuestro ADN. Somos 100%
renovables en el consumo de energía eléctrica y tenemos ya aprobadas y en
desarrollo inversiones en autoconsumo que nos ayuden a ser más eficientes.

Como entidad patrocinadora, ¿qué espera del XV Congreso Internacional?

Como ya he comentado anteriormente es un buen escaparate dónde exponer
los avances en el sector, mostrando una minería moderna y respetuosa con
el medioambiente. La sociedad necesita las materias primas para seguir
evolucionando y nos tomamos muy en serio nuestro trabajo, además de tener
un estupendo sistema de supervisión de cumplimiento de las normas que
establece la Ley de minas, el reglamento minero y el área de medioambiente.
Cambiar la imagen que la sociedad tiene sobre la minería es clave para la
continuidad de nuestra actividad, para la atracción de talento y para obtener
el apoyo de la Administración en todos los ámbitos.

COIMCE, y el conjunto de los Colegios de Ingenieros de Minas, tiene entre
sus objetivos fundamentales la defensa de la profesión y su promoción. ¿Qué
líneas de colaboración considera interesante establecer entre ambas
entidades?

La difusión de las buenas prácticas mineras y de las oportunidades de la
minería, así como de su necesidad para la sociedad, no sólo en este tipo de
Congresos, si no en otros foros. Fomentar la comunicación entre empresa y
centros educativos, ya sean colegios, formación profesional o universidades,
es vital.
Las empresas mineras, entre otras bondades, generamos empleo,
contribuimos al bienestar de la sociedad a través de diversos impuestos,
favorecemos la creación de un ecosistema empresarial a nuestro alrededor y
creamos arraigo en zonas rurales.

 

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